jueves, 26 de febrero de 2009

El mito de la Caja de Pandora


Cuando Prometeo osó robar el fuego que portaba el dios Sol en su carro, Zeus entró en estado de cólera y ordenó a los distintos dioses crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Hefesto la fabricó con arcilla y le proporcionó formas sugerentes, Atenea la vistió elegante y Hermes le concedió facilidad para seducir y manipular. Entonces Zeus la dotó de vida y la envió a casa de Prometeo.

Allí vivía el benefactor de los mortales junto a su hermano Epimeteo que, a pesar de estar advertido de que Zeus podría utilizar cualquier estrategia para vengarse, aceptó la llegada de Pandora y, enamorándose perdidamente de sus encantos, la tomó por esposa.
Pero Pandora traía algo consigo: una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también todos los bienes. Uno de los bienes era la Esperanza, consuelo del que sufre, que también permanecía encerrada en aquella caja. Y es que, por aquel entonces, cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza, aunque tampoco nobles sentimientos.
Pandora, víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Cuentan que los bienes subieron al mismo Olimpo y allí quedaron junto a los dioses. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.
Apresuradamente corrió Pandora hacia los hombres a consolarlos, hablándoles de la Esperanza, a la que siempre podrían acudir pues estaba a buen recaudo.
Fuente: sobreleyendas.com

miércoles, 25 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

Adriano

Publio Elio Adriano (Itálica , 24 de enero de 76 - Bayas, 10 de julio de 138), conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus, y Divus Hadrianus tras su deificación; aunque comúnmente conocido como Adriano, fue emperador del Imperio Romano (117 - 138) y un filósofo estoico y epicúreo. Miembro de la Dinastía Ulpio-Aelia y tercero de los cinco emperadores buenos: durante su reinado el Imperio alcanzó la mayor extensión territorial de su historia (125).

Nació en Itálica, o en Roma, en el seno de una familia acomodada oriunda del Piceno (Italia) y establecida en Itálica (Hispania Baetica) cerca de la moderna ciudad de Sevilla (España). Era sobrino materno de Trajano, quien aunque nunca le nombró oficialmente su heredero, lo hizo momentos antes de morir de acuerdo con su esposa Pompeia Plotina.

Aunque es factible que le debiera el trono a Plotina, ameritó su sucesión mientras Trajano estaba todavía vivo y durante su propio reinado; en el periodo comprendido entre los años 100 - 108 se le concedió la mano de Vibia Sabina, se le nombró quaestor Imperatoris y comes Augusti, se le cedió el diamante de Nerva como «esperanza de sucesión» y se le recomendó como consul suffectus, amén de otros honores y distinciones. Aunque era el único descendiente directo de Trajano, el apoyo de Plotina y de Lucio Licinio Sura (m. en 108) fueron determinantes en su ascenso al trono.

Sus relaciones con el Senado no eran buenas; quizá tuviera algo que ver con ello el que Adriano, a diferencia de muchos emperadores anteriores, no deseara detentar el consulado ordinario más que dos veces, ambas consecutivas y al comienzo de su reinado: en el primer semestre de 118, teniendo como collega a su sobrino, el barcinonense Cneo Pedanio Fusco Salinator, y, en el primer cuatrimestre de 119, con Publio Dasumio Rústico, otro posible pariente, esta vez de los Dasumii italicenses. Asimismo, las reformas administrativas llevadas a cabo durante su reinado suscitaron la oposición de los senadores; el emperador modernizó el sistema administrativo estatal ascendiendo a expertos y tecnòcratas, lo que supuso que muchas secciones de la administración quedaran en manos de estos funcionarios. A causa de ello la élite senatorial y aristocrática vio mermada su influencia.